jueves, 3 de junio de 2021

 NUEVOS CONTRATIEMPOS


Desde luego, hará falta hurgar bien profundo en los anales de los cursos Erasmus Plus para encontrar uno que esté más gafado que este: hoy la profe que iba a dar la formación se encontraba mal, así que se ha cancelado. Por tanto, nos ha dejado con toda la mañana por delante, pues hasta la una y media no teníamos que estar frente al centro para la excursión de la tarde. Así que voy a aprovechar el impasse para enseñaros algo de Liubliana.

La foto que tenéis más arriba es del centro, con los puentes que cruzan el río Lublianica y el castillo al fondo. Es una zona muy bonita, y quien quiera ver más no tiene más que entrar en internet. En lugar de tomar fotos de los lugares emblemáticos, vamos a explorar por otras zonas de la ciudad. Aquí un edificio bastante curioso que he encontrado:

Os lo voy a enseñar desde otra perspectiva para que veáis el truco:

Fuera de los circuitos turísticos se pueden encontrar imágenes interesantes. Por eso me gusta salirme de los mapas del centro y ver otras cosas. Por eso y porque me he pasado toda la mañana buscando un sitio donde hiciesen PCR, que es algo que aquí parece una gymkana. Se conoce que como el covid 19 solo lleva año y medio entre nosotros, la gente no ha tenido tiempo de enterarse de dónde hacerse un test. El caso es que la recepcionista del hotel me mandó a un sitio que sabía seguro que lo hacía, aunque estaba un poco lejos. Cuando llegué me dijeron que allí ya no, pero había otro que no estaba lejos donde lo hacían ahora. Al llegar me volvieron a decir que allí ya no, pero que no me preocupase, que sabían dónde. Y en el tercero me dijeron que si quería de antígenos, entonces vale, pero solo por la tarde, de 14 a 17 horas (vamos, un poco más y lo ponen de dos menos cuarto a dos y cuarto). En fin, mirando el lado bueno, me he recorrido casi todos los barrios de Liubliana.

Algo que sorprende inmediatamente es la cantidad y calidad de los árboles de la ciudad. Hay ejemplares magníficos de una gran variedad de especies: robles, arces, hayas, abetos, y, curiosamente, muchísimos castaños de indias, mucho más grandes que cualquiera que haya visto yo en España. Sin embargo, observad la siguiente foto y me decís qué pensáis:


Pues eso mismo: Eslovenia no es país para pinos. Os aseguro que son los únicos árboles que he encontrado escuálidos y medio secos, ennegrecidos de contaminación, en lo que llevo recorrido (que, si habéis seguido la historia de la PCR, convendréis conmigo en que no es poco). Aquí he encontrado otro ejemplo en Bled, fijaos cómo pugna el pobre pino por tener sol y al final tiene que acabar torciéndose para que no le haga sombra el otro (creo que un haya) que crece derecho y frondoso.

Porque esta tarde he estado en Bled:


Es un pueblo curioso, con un castillo en todo lo alto (15 minutos de subida a paso rápido) y una iglesia plantada en medio del lago de origen glaciar, a donde solo se puede acceder por barca (y hay que decir que los motores están prohibidos, así que el pobre remero se ha ganado a pulso, literalmente, los 15 euros por persona que cuesta el trayecto ida y vuelta). Alrededor, todo montañas, mires hacia donde mires. Al oeste, dentro de los Alpes Julianos, el pico más alto de Eslovenia, el Triglav (no lo busquéis en la foto, está hecha desde otro ángulo), aunque solo mide 2.800 m, mientras que nuestro Mulhacén supera los 3.400. El borde del lago se puede recorrer completamente gracias a un sendero que circula paralelo a la orilla, y hay partes en las que se forma una playa donde poder bañarse o tomar el sol. Es un sitio ideal para disfrutar del buen tiempo, y cuando el Mariscal Tito era el presidente de la antigua Yugoslavia se hizo construir allí su residencia de verano, que ahora es un hotel de cinco estrellas.

Aquí la vista del castillo:


Ha sido una excursión bonita e interesante. Mañana, si los dioses no lo impiden, tenemos sesión intensiva del curso, aunque yo tendré que levantarme al amanecer (y aquí eso es mucho decir, porque cuando me desvelé el otro día a las cinco y veinte era, entre otras cosas, porque ya era de día) para acudir al centro donde podré hacerme una PCR (que no era ninguno de los que he visitado esta mañana, sino otro con el que conseguí contactar por teléfono después de muchos intentos) antes de que empiece la sesión. Cruzo los dedos para que me den el resultado antes del vuelo, para que me llegue el código QR que me tiene que pasar el gobierno de España, para que Lufthansa no me deje esta vez en tierra, y sobre todo, para que mis colegas los de "¿mascarillas? ¿qué es una mascarilla?" no me hayan pasado ninguna cepa nueva resistente a las vacunas. 

Os dejo con una última foto, esta del Museo de Historia Natural:

Es un esqueleto de mamut, y al fondo uno de oso. ¡Saludos!


No hay comentarios:

Publicar un comentario

 22/07/2022 PROYECTO FINAL En este nuestro último día de curso, tratamos de terminar el resto de presentaciones que nos quedaban. Posteriorm...